Si por un instante frenáramos
nuestras ocupaciones… si por un instante observáramos nuestros pensamientos
hasta trascenderlos…si por un instante nos permitiéramos “SER” y “SENTIR”
exactamente lo que estamos siendo y sintiendo aquí y ahora…
Los resultados de realizar esta
práctica a “CADA INSTANTE” nos permite convertirnos en observadores de nosotros
mismos.
La sensación de sentirse en el
momento presente como nuestro propio espectador es inexplicable, así es, no se
puede explicar a través de las palabras. Es una sensación de integración con el
todo y de la que no queremos salir una vez que la experimentamos.
Pero lo curioso es que si no
queremos dejar de experimentar esa sensación ¿por qué volvemos al juego de la
mente-ego y a esos pensamientos que parecen arraigarse en nuestra vida diaria
que no nos permiten sentir paz? Las resistencias a las que nos aferramos son
las que no nos permiten pensar de otra manera y, como consecuencia, sentir de
otra manera. Analicemos lo siguiente: “las resistencias no nos permiten” si tenemos el poder de experimentar nuestras
propias resistencias, quiere decir que tenemos 100% de control sobre ellas, lo
que lleva a pensar que en realidad no queremos salir de ese estado de control
de nuestra propia realidad, aunque ello signifique sacrificar nuestra propia
paz.
En este punto somos libres de
tomar uno de dos caminos: el de querer controlar todo lo que sucede en nuestra
vida, independientemente de que “las cosas se nos vayan de las manos” y no
suceden como quisiéramos, o el de SOLTAR toda situación o experiencia que a
nuestro criterio “no sea buena para nosotros”.
El primer camino nos muestra que
cuanto más queremos controlarlo todo, el universo responde a esas peticiones y
nos concede experiencias para continuar con esa elección. La sensación cuando se
elige esta opción es de insatisfacción, infelicidad, disconformidad permanente
con el ambiente que nos rodea y hasta inconvenientes en la salud. El segundo
camino brinda sensaciones totalmente antagónicas a las anteriores, y funciona
de igual manera, el universo responde con experiencias o situaciones que nos
hacen felices, nos sentimos en paz con nosotros mismos y con nuestro entorno.
La invitación en esta oportunidad
es a que podamos aceptar y experimentar todos los caminos que nos toque, con el
fin de trascender diferentes situaciones que aportan a nuestro crecimiento
personal en esta experiencia física con fecha de caducidad. No esperemos más
que “algo” suceda en nuestra vida sino que tomemos el 100% de responsabilidad por nuestras experiencias y permitámonos SER NUESTRO PROPIO OBSERVADOR.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarConectarnos con el momento presente.
ResponderEliminarEstar aqui y ahora no solo en cuerpo sino también en mente. Sin pensar en lo que ya pasó o en lo que sucederá. Y no se trata de que todo deba estar librado al azar sino de comprender que cada momento requiere nuestra entrega. ¿Para qué ?Para disfrutarlo, para aprender de lo que está sucediendo, a veces para superarlo. Cada momento vivido ( lo cotidiano y lo excepcional ) nos hace más sabios. Aprender de ello es una forma de valorar la vida
Conectarnos con el momento presente.
ResponderEliminarEstar aqui y ahora no solo en cuerpo sino también en mente. Sin pensar en lo que ya pasó o en lo que sucederá. Y no se trata de que todo deba estar librado al azar sino de comprender que cada momento requiere nuestra entrega. ¿Para qué ?Para disfrutarlo, para aprender de lo que está sucediendo, a veces para superarlo. Cada momento vivido ( lo cotidiano y lo excepcional ) nos hace más sabios. Aprender de ello es una forma de valorar la vida